miércoles, 17 de noviembre de 2010












Blhoja 037 - CATARATAS 2007





  
Cada vez  que me encuentro con estos espectáculos de la naturaleza, me pregunto: que habrá pensado, cual fue el sentimiento que experimento el primer hombre que lo vio.

Foto de MARIANA MOLINARI

Las Cataratas del Iguazú son como una función de gala que representa la naturaleza para todos aquellos que se les afloja las piernas ante su poder superlativo. No se si tuve ganas de aplaudir cuando estuve ahí cerquita, pero si, era mi corazón  el que aplaudía totalmente emocionado. Me pasó principalmente del lado argentino, en el Salto Bosetti, donde uno se encuentra a mitad de la caída casi como penetrándolas y viendo como un conjunto de enormes rocas luchan por retener el agua que fluye indomable. Allí se unieron poder y belleza.  Ni hablar de la vedette del show, la Garganta del Diablo, ahí a nuestros pies.





Uno camina por pasarelas metálicas que te acercan y que te dan la imagen mas espectacular de la función y se sorprende a cada paso. Uno ya viene con la imagen grabada desde la niñez desde los libros de texto que mostraban la clásica foto de colores estridentes. Uno las vio toda la vida en revistas, en atlas, en la tele y se metió profundamente en todas las imágenes que aparecen por Internet. Yo fui con un armazón creado por todas esas imágenes y que agradable sorpresa cuando esa realidad lo rompió. A mi me pasa que cuando me elogian tanto algo, voy con tantas expectativas que la realidad lo destruye. Cataratas logro colmar esas expectativas y las superó. 


Foto de MARIANA MOLINARI


Foto de MARIANA MOLINARI


A muchos viajes fui sabiendo que iba a encontrar y lo encontré, en otros me lance al ruedo y me fui sorprendiendo tramo a tramo, este fue el primero que sabiendo donde iba, me encontré con algo desconocido, que no fue lo visual (había fotos del manual Estrada por donde mirara), fue lo emocional. Esa falla geológica que hizo que la desembocadura del río Iguazú en el Paraná en forma de cascada, que  en el caso de la Garganta del Diablo es de 80mts. de alto y que según el cauce del río sean 160 o 260 los saltos, provoco en mi una agitación singular como si estuviese parado sobre una cornisa y el imán del vacío me atrajera. Quizás el deseo de incorporarme a ese espectáculo, de no ser solo un observador pasivo, guiado y llevado por medio de pasarelas a ese acto tan simple, acto de agua cayendo por acción de la gravedad, porque su curso se ha hundido, se ha erosionado. Maravillosa simpleza.



La lluvia nos acompaño desde que salimos de Rosario, casi todo el camino; unos 1300km., y cuando llegamos a Foz do Iguazú, nos dio un respiro para poder recorrerla unas cuadras. No caminamos tanto, prevenidos por la inseguridad de sus calles, decidimos ser cautelosos. Al día siguiente nos llevaron a Ciudad del Este, a conocer el centro comercial mas grande de Sudamérica, fue toda una mañana en la que algunos aprovecharon para hacer compras de electrónicos, pero yo en realidad me aburrí mucho de ver tanto y tanto comercio de todo tipo. Lo importante del viaje era ver las cataratas y esto era solo un pequeño freno a la ansiedad. Pasó lenta la mañana, pero al fin por la tarde comenzó el show del lado brasileño.


Al siguiente teníamos todo el día para recorrer la parte argentina, ni bien entramos al Parque Nacional Iguazú comenzó a llover. Agua a nuestro alrededor, abajo, arriba… la Garganta del Diablo a nuestros pies, la emoción entibiando la piel empapada, la lluvia que golpeaba fuerte no fue obstáculo para el regocijo. Por la tarde otra gran excitación: bajamos por una estrecha pendiente por la barranca del río, llegamos a un pequeño muelle improvisado y abordamos un bote.  Luego de navegar junto a los saltos de pronto enfiló directamente hacia la caída de agua y empapados nuevamente pedimos a los gritos otra y otra. Y llegó la otra en un salto más grande y el baño fue superior. Me había secado del agua de lluvia y ahora estaba nuevamente empapado con el agua del río que caía violentamente y no dejaba respirar y aunque quería ver ese chorro de agua era imposible mantener los ojos abiertos, y la boca cerrada porque el agua se metía por todos los huecos y disfrutábamos como niños, gente grande disfrutando como niños, felices.






“El río da un salto por unas peñas abajo muy altas, y da el agua en lo bajo de la tierra tan grande golpe que de muy lejos se oye; y la espuma del agua, como cae con tanta fuerza, sube en alto dos lanzas y más”.

Alvar Nuñez Cabeza de Vaca fue el primer europeo que las vio y supongo que su emoción fue enorme; o tal vez no, teniendo en cuenta que lo único que les interesaba a esos hombres era el oro del nuevo continente. Pero démosle el beneficio de la duda y pensemos que también eran hombres sensibles:


“...Alvaro, luego de tanto sufrimiento y tras haber llegado cautivo por tus hombres nuevamente a España, donde permaneciste otros 8 años prisionero... ¿Recordabas las cataratas desde tu celda? ¿Sentías que la vida te había regalado una visión que seguramente te acompañaría hasta tu muerte? Porque no creo que hubieras olvidado tanta majestuosidad...”
                                              
EXPLORADORES ESPAÑOLES EN AMERICA
Charles F. Lummis                                  
                                                                                                                     






1 comentario:

  1. Estas cataratas deben ser, como dices, impresionantes. Es uno de esos lugares que no te puedes morir sin ver... A ver si algún día, no muy lejano puedo contemplarlas con mis ojos.
    Muy buena entrada.
    Un saludo

    ResponderEliminar

PACHACUTEC

PACHACUTEC

ARGENTINA ES TU MUNDO. DATE UNA VUELTA

A TREINTA Y CUATRO AÑOS DE MALVINAS

115 NIETOS RECUPERADOS

SOLO VOS