Blhoja 049 – TAHUANTINSUYU 2008 VII Perú: Aguas Calientes, Arequipa, Chivay
Después de bajar del Machu Picchu, llegamos al hotel Pachacutec en Aguas Calientes, donde dormiríamos esa noche. Un buen baño con agua calentita me alivio de toda la mugre de estos últimos cuatro días, pero también relajó mi cuerpo y empezaron los dolores. Principalmente de piernas. Esos altos escalones de piedra inca, me cayeron unos sobre otros y quedé planchado, pero no podía quedarme en la cama. Con gran esfuerzo, me cambié, y salimos con Osvaldo a recorrer el pueblito. Calles angostas y muchas de ellas escalonadas, subían y bajaban y en el estado deplorable en el que estaba resultaban bastantes molestas, pero al rato nomás volvieron las fuerzas (y la costumbre de estos días) y de pronto nos encontramos yendo por el camino que lleva a la ciudadela, bordeando el río, atraídos por un cartel que indicaba que a unos kilómetros se encontraba un museo. No entramos porque era caro, pero me prometí volver para, esta vez, llegar al Machu Picchu, por un sendero que ascendía muy cerquita de allí, en una de las tantas curvas de ese camino que conduce al “alto arrecife de la aurora humana”
Partimos de Cusco rumbo a Arequipa. Empezaba el día diecinueve de nuestro viaje. Ese martes 15 de abril, primeras horas de la madrugada, viajando en el bus, me desperté sofocado. Me faltaba el aire y me explotaba la cabeza. Pensé en alguna comida, pero fue solo un sanguche en la terminal de Cusco. Lentamente se me fue pasando y volví a dormirme.
Un desayuno en la estación de buses de Arequipa, mientras empezaba a clarear y el lugar tomaba vida. Luego un taxi nos dejó en nuestro hotel y sin esperar demasiado salimos a conocerla.
Lo impresionante de la “ciudad blanca” es su Catedral, ubicada en la plaza de armas y el enorme patrimonio arquitectónico colonial realizado en roca volcánica blanca llamada sillar. Rodeada de volcanes (tres) el mas imponente el Misti, que se puede ver desde la plaza de Armas, es una presencia protectora y a la vez amenazante que impacta. Es la segunda ciudad de importancia luego de Lima y una de las mas turísticas del sur del Perú.
Fue un placer recorrer librerías. Pequeñas, ofreciendo saldos y grandes y elegantes ofreciendo amabilidad y cortesía. Claro que compré muchos saldos, que luego supe que eran impresiones ilegales, sin ninguna editorial responsable y muy buenas fotocopias, con excelente encuadernación. Así arme la bibliografía completa de Jose María Arguedas, el gran escritor peruano.
Chivay es un pequeño pueblito que se encuentra en el entorno del majestuoso Cañon del Colca. En el viaje desde Arequipa descubrí ese despertar sofocado en el bus unas noches atrás. Bajamos al costado de la ruta y supe que estábamos a casi 5000 metros de altura, en el Mirador de los Andes.
El Cañon del Colca tiene una profundidad superior de 4500 mts. y es un paisaje cautivante. El principal atractivo turístico es el avistaje de cóndores, para eso, se recorre varios kilómetros al borde del vertiginoso cañón mientras se disfrutan deslumbrantes paisajes con su manojo de pueblitos. Hay que llegar temprano al mirador de La Cruz del Cóndor y ubicarse en primera fila para que cuando el sol comience a calentar, estas regias aves salgan a ofrecer su show, y allí cámaras en mano la mayoría disparamos en busca de la mejor imagen.
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