lunes, 14 de marzo de 2011












Blhoja 045 – TAHUANTINSUYU 2008 III – Perú: a Cusco por Puno



El 4 de abril de 2008, habíamos cruzado la frontera con Perú. Nuestro destino era la ciudad de Puno.
Un país por conocer, o por lo menos algo de ese país. Venía sabiendo de Chabuca Granda, de Vargas Llosa, alguna que otra película, poco de los Incas (lo mínimo aprendido en la escuela),  el Machu Picchu y poquito de lo que me había contado con tanto entusiasmo Jesús, el dueño de la empresa de turismo que nos vendió algunas estadías en distintas ciudades peruanas y el Camino del Inca, punto sublime del viaje. Quería saber algo más y busqué literatura. Alguien emblemático: Jose María Arguedas, que según alguna página de Internet, me iba a ayudar a conocer parte de ese pueblo. Salí en busca de “Los Ríos Profundos” e intenté zambullirme en sus páginas, pero el ansia del viaje no me dejaba concentrar.
En esos tiempos, estábamos ensayando una obra de teatro titulada “Canción de cuna para un anarquista” del chileno (nacido en Rosario) Jorge Díaz, donde el personaje principal, un supuestamente loco, entre recuerdos tal vez robados a su abuelo o cuentos escuchados en el manicomio, relataba su padecer durante la Guerra Civil Española. Su deseo de liberar a España de su dictador Franco y a toda Europa del genocida Hitler, aprovechando el famoso encuentro de los asesinos en Handaya, lo llevó a la ocurrencia de colocar dinamita en las vías del tren que los reunía.  También en esos tiempos, en Bolivia se producía una feroz lucha entre los “blancos” y los indígenas. Surgía un odio profundo hacia una raza diezmada, esclavizada, denigrada, mas teniendo en cuenta la subida a la presidencia de la República de un “indio”. Esta obra dramática hablando de dictadores europeos y este padecimiento del pueblo latinoamericano y mucho mas el aborigen, se acercaban mucho. Nuestra Latinoamérica tuvo muchos dictadores que quizás no carguen en sus espaldas los asesinatos de estos dos verdugos, pero que en suma, sin dudarlo, sobrepasan esos crímenes terribles de la historia occidental. Eternas dictaduras del siglo XX, sumadas a las barbaries de los cuatro siglos anteriores nos dejan ante esta Bolivia discriminatoria y este Perú terriblemente desigual, los dos injustos con sus habitantes, tanto en lo social como en lo moral. Igual que Chile y Argentina, países que he recorrido, sumando además al resto de América del Río Grande hacia el sur. Dictaduras militares, pero apoyadas por civiles, educaron a estos pueblos con los libros de los poderosos. A todos por igual, con la misma vara, desde el mas rico, al mas pobre. Por eso nos cuesta creer que un pobre discrimine a otro pobre por su pobreza.
Pero por suerte existió Tupac Amaru, existió Zapata, existió el Che, existió Allende, existieron los Curas Palotinos. Existió Arguedas que contó esas injusticias. Existieron tantos que lucharon por una Latinoamérica mas igualitaria y ahora hay unos cuantos que tomaron la posta para ese cambio.
El conocer esos lugares. El estar en contacto directo o visual, suma a la información que uno va acumulando. Ese viaje por el sudeste peruano, por los Andes Centrales, me reafirmo muchas ideas y me abrió a una diversidad cultural tan rica y poderosa que jamás hubiera imaginado. Pero no quiero adelantarme al portentoso mundo incaico. Esa tarde, llegamos a Puno. 







San Carlos de Puno, a orillas del lago Titicaca fue fundada en 1668 aunque ya existían asentamientos anteriores a los Incas, allí y en sus alrededores, formando así una región culturalmente muy rica. Gracias a sus valiosos yacimientos arqueológicos, Puno, es uno de los puntos mas visitados tanto por turistas nacionales como extranjeros, formando parte del circuito turístico Lima, Cuzco, Bolivia.
Estábamos ubicados a una cuadra de la Plaza de Armas donde se encuentra su catedral  que data del siglo XVIII. Allí comienza una calle peatonal que tras varias cuadras termina en el Parque Pino. 
Esa peatonal parecía ser el centro de atracción de la ciudad, atestada de vendedores, oficinistas, señoras con sus crías, viajantes con sus mochilas o simplemente con sus cámaras fotográficas. Algunas prendas típicas que llamaban la atención y muchos comercios al aguardo de clientes, muchos restoranes con sus “invitadores” a probar sus exquisiteces típicas e internacionales. Terminamos de recorrerla con la noche ya entrada. El Parque Pino con sus árboles tallados e iluminado casi a día le daba el cierre al paseo peatonal. Circundado por el Colegio Nacional de San Carlos (fundado por Simón Bolívar) y por la Iglesia de San Juan, con su iluminación cuasinavideña, que es el albergue de la Virgen de Candelaria, la patrona de Puno y cuyos festejos son la celebración mas importante de la ciudad. Calles angostas recorridas por presurosos taxis blancos se mezclan con pintorescos carritos de transportes propulsados por una especie de motoneta, en algunos casos y en otros por una especie de bicicleta traccionada por un  pobre señor con piernas muy potentes. Esa noche comimos en un lugar chino donde cocinaban en una especie de vidriera y donde podías ver y esperar tu comida, estaba lleno de gente el local y luego comprobamos que esos lugares eran muy  populares. Aprendí también que la cocina peruana esta muy influenciada por los chinos y que esos restoranes se denominan chifa en referencia a ese tipo de comidas (el encuentro en la tradición china y la peruana).


El segundo día en Puno fue corrido. Por la mañana subimos a una lancha de pasajeros que luego de unos veinte minutos de navegar por el Lago Titicaca nos encontramos con un conjunto de islas que los lugareños se encargaron de explicarnos el por que de su fama. Últimamente, estas Islas, se han convertido en el paso obligado de los turistas que llegan a Puno. Su principal característica: islas flotantes. Se dice que los Uros, son un pueblo anterior a los incas y hasta sostienen que provienen de una migración directa desde la Polinesia. Vivían en una región de Bolivia, pero debieron  escapar asediados por los Incas y fue así que se refugiaron en las islas flotantes.
Las Islas de los Uros, ubicadas a unos 3800 msnm, flotan ya que están conformadas por capas de hasta dos metros de totora seca (junco que crece en abundancia en el lugar), superpuestas sobre bloques de raíces que flotan y que al despedir sus gases de descomposición, ayudan a dicha flotación. Sobre ellas edifican sus casas del mismo material y es asombroso verlos habitar en esas condiciones. Ver sus fogones de piedras arrastrados de sus ancestros y ver además los avances tecnológicos como un televisor conectado a la energía solar. Es raro caminar en ese piso amortiguado y subirse a una especie de mangrullo para observar a ese vistoso conjunto de islas. 
Existen unas cuarenta donde viven hasta cincuenta personas. Cada isla es parte de una familia. El supuesto, jefe de la familia, mientras nos contaba que para anclar la isla la sujetaban a largos palos enclavados en el lecho del lago, aunque últimamente están utilizando sogas pues son mas fáciles para colocar y al ser sintéticas duran mas, bromeaba también, haciéndonos saber que si una pareja se separaba,  cortaban la isla por la mitad y cada uno a flotar por su lado. Los lugareños son expertos nadadores y no le temen a las frías aguas del lago. Grata despedida tuvimos cuando nos subieron a una canoa, también fabricada en totora con muchos signos que asemejaban a las embarcaciones egipcias, y luego de un canto típico de despedida y mientras una de las mujeres, remo en mano, nos conducía hacia una isla principal, salieron cantando la popular “vamos a la playa” del Luismi, cosa que nos causó mucha gracia a todos los paseantes.



Por la tarde y luego de una parada en un mirador que ofrecía la vista de la mayor parte de la ciudad y el lago, nos dirigimos a Sillustani.
Se encuentra junto a la laguna Umayo, a unos pocos kilómetros al norte de Puno y es un Complejo arqueológico conformado principalmente por tumbas funerarias llamadas chullpas que datan del siglo XII y XIV  pertenecientes a la cultura Kolla. Desde rústicos amontonamientos de rocas para los sirvientes, hasta sofisticados mausoleos de hasta doce metros de altura, cilíndricos, con una base más angosta que el alto, las piedras labradas y encajadas con gran precisión una a otra  y algunos relieves con figuras totémicas. Una arquitectura perfecta, sin necesidad de pegamento, que dio las bases al refinamiento incaico.


Esa noche la cena fue en un lugar no muy popular con una rica comida cotidiana pero con un exquisito pisco sour, que según el relato del barman es un hallazgo peruano y que los chilenos pretenden apropiarse de su “copirrai”. Recordé entonces los deliciosos pisco sour chilenos y lo provoque amablemente con esa comparación que luego de defender su postura por un rato, se resigno a aceptar que si el chileno podía ser mas apetitoso, nunca lograrían llevarse el título de la invención. 


Para el día siguiente, Jesús, nos había recomendado y obligado a tomar un tour turístico para llegar a Cusco. Salimos muy temprano por la mañana con una guía que nos dio la bienvenida y comenzó con su relato bilingüe interminable pero cada vez mas interesante.


La primera parada fue en un pueblito llamado Pucará, famoso por sus ceramistas y alfareros y por sus Toritos de Pucará, una especie de guardianes que la gente coloca en los techos de sus viviendas para preservar la unidad familiar y para beneficiar la procreación de los rebaños.
La Iglesia de Santa Isabel es una construcción de estilo barroco construida por los Jesuitas en 1767 y es una edificación imponente compitiendo con la mole de roca que tiene a sus espaldas. En  alguna otra blhoja conté de mi poco interés por el arte religioso, pero este templo me llamo poderosamente la atención por ese poder de camuflarse con el paisaje y por la modestia de los ornamentos, teniendo en cuenta lo grandioso del edificio.




Al mediodía estábamos en La Raya. Es el punto mas alto del trayecto (4300 msnm). Es un lugar para contemplar el paisaje y como es parada oficial de todo tour hay unos cuantos puestos de artesanías y varias niñas con sus llamitas que esperan para una foto. Esas primeras niñas no recibieron nada a cambio de la foto, pero en diversos lugares vimos que es costumbre que las niñas se ofrezcan  con sus trajes típicos y sus animalitos para una foto a cambio de unas monedas.


Raqchi es un complejo arqueológico perteneciente a la era Incaica y se caracteriza por ser de una arquitectura diferente a todo lo construido por ellos. Su templo fue mandado a construir por el Inka Wiraqocha para homenajear al Dios Superior invisible de los Andinos: Apu Kon Titi Wiraqocha. 
Fue nuestro primer contacto con la cultura Incaica y desde aquí la magia de sus historias comenzó a conmoverme. A pesar de todas las contradicciones que los diferentes guías presentaban, ya que cada uno traía su versión, en cierta forma se unían en algún punto, principalmente en la originalidad y excelencia de la organización que tuvieron estos hombres.









2 comentarios:

  1. Vaya Eduardo, estoy yo ahora organizando el vídeo del viaje que hice a Perú con mi hermana en el 2007 y tu entrada, aparte de traerme muchos recuerdos, me vendrá muy bien para organizar cositas que ya tenía olvidadas. Me encantó el país.
    Un saludo

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  2. Que bueno Helena que te haya servido.
    Quiero ver ese video!!.

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