domingo, 25 de diciembre de 2011











Blhoja 059 - SANTIAGO DE CHILE Y OTRA VEZ A CRUZAR LOS ANDES


La noche del 17 de febrero dormimos en Santiago. Después de cuatro días de estar en el medio de la nada, que de nada nada tiene, sino que es un tanto tan indescriptible, tan amable y tan amenazante, poderoso y tan soberbio, salvaje; esta noche la cómoda habitación del hotel Neruda Express me abrazo con su confort. (Pobre Neruda)
De vuelta en Santiago después de tantos años, en un barrio que no conocía, un barrio cuico, donde despedimos la noche con un riquísimo pisco sour.
Al día siguiente volvimos a Mendoza, cruzamos nuevamente la Cordillera de los Andes, pero esta vez, en un esponjoso asiento.


SAN GABRIEL: puesto de control


SANTIAGO: Barrio El Golf









 SANTIAGO: Río Mapocho


Dejando Santiago


LOS CARACOLES: Cordillera chilena




CORDILLERA ARGENTINA

Puente del Inca, Mendoza






Usapallata, Mendoza

 Río Mendoza

 Ruta Nacional 7, Carretera Libertador General San Martín









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  • Hoy MAURICIO KARTUN
Desde la lona

Don Justo recoge dificultosamente los libros tirados. Bautista observa el agua del radiador que drenó.

BAUTISTA: Mire lo que es el agua ésta. Barro. Un asco. Con razón levantaba temperatura. Que fundido… Ahora, arranca, nos volvemos despacio… Los melindres me los deja para más adelante. Es joven todavía. ¿Qué quiere que haga yo sin usted? ¿Aguantó treinta años, se me va a morir ahora?

Don Justo se acerca vacilante a Bautista.

DON JUSTO: Usted… Usted… Yo… Digo… He sido siempre un hombre de dignidad. No me gusta pedir, pero…

BAUTISTA: No, si está bien. Lo que pasa que yo… Ya me estaba…

DON JUSTO: ¿Campeón argentino, no?

BAUTISTA: Bueno… del match… Ficticio…

DON JUSTO: Usted… Usted… Si usted honra esos colores me tiene que dar una manito…

BAUTISTA: Yo no estoy en condiciones…

DON JUSTO: ¿Y quién? Si los jóvenes se lavan las manos…

BAUTISTA: Yo ya, joven…

DON JUSTO: ¿Lucha o no lucha?

BAUTISTA: Ayer. Dieciocho personas. Pagas dieciséis.

DON JUSTO: Si puede luchar es joven. Todavía persigue objetivos.

BAUTISTA: Ellos me persiguen a mi. Ayer me alcanzó uno.

DON JUSTO: En la Capital se tienen que enterar de esto… Perelló… Me lo tiene que ubicar a Perelló. Debe estar viviendo en la capital… Íntimos con Perelló. Una movilización… Frente a cualquier avasallamiento nosotros enseguida: movilización y desagravio… A Kazniecky, me lo tiene que ubicar, el polaquito, profesor de francés, que era del comité también… Toda esa muchachada… Les perdí la pista, pero en algún lado han de estar… Una institución la biblioteca nuestra.

BAUTISTA: Que se yo… Si quiere… me dice donde, le llevo la carta.

DON JUSTO: Vaya a saber, no mueven a los gremios desde allá… Una causa así… Biblioteca Emilio Zola. Pregúntele a cualquiera. ¡Institución! La de reuniones… Y siempre juntos los tres… Inseparables. Reunión que terminábamos: los tres al Argentino, frente a la plaza. Cuando todavía estaba el Argentino… Moscazo con fernet para los tres… Farristas, ¿vio? Nos encendía los sueños el moscazo… Prende los sueños… El país era un sueño de moscato… (Queda pensativo. Tiempo) Cada resaca después…

BAUTISTA: Y, los amigos… Ya se sabe… Se van perdiendo. Las obligaciones… La familia…

DON JUSTO: Farristas… tres brigadas habíamos fundado: Monte Cudine, Amargo Obrero y Chinato Garda. Cada uno comandaba la suya. Yo la biblioteca. Perelló el ateneo, y Kazniecky el cuadro filodramático. Profesor de francés en el liceo, Kazniecky… Alquilábamos el cine Electric los primero de mayo. Donde ahora está el pastor… Gran Velada Teatral. Esas eran obras y no las porquerías que escriben ahora. Positivas. Llegaba la escena final y todos llorábamos de optimismo. El protagonista iba a proscenio y miraba para adelante el camino. El futuro. Miraba el mundo nuevo. El mundo nuevo venía a quedar como en las últimas filas de la platea… El sol naciente le daba en la cara. Una lata de aceite el sol naciente… Las luces las hacíamos con latas de aceite pero cuando le bañaba la cara al protagonista eran un sol de verdad… (Queda en silencio. Desolado) ¿Le parece que lo encontrará en la capital a Kazniecky…? Pelito ralo, rubio… Le decíamos el Polaco.

BAUTISTA: Me da la carta yo la llevo.

Vuelve Pitusa con el changuito cargado por la huella que va haciendo mas honda.

PITUSA: (A Don Justo) ¿Todavía acá? ¿A que le está contando cosas antiguas al señor Bautista…? No le digo… A don Justo si lo dejan hablar del pasado… Vamos… yo ya empecé la pilita. Lleve despacito las bolsas y vaya poniéndole encima nomás. No se duerma mucho que nos agarra el agua… (Parte por la huella)

BAUTISTA: ¿Lluvia…? ¿No era que seco, el zonda…?

PITUSA: El zonda si. Eso fue antes. Ya se fue, el zonda. Sudestada. Vea. Unos nubarrones como de lana cruda. Viento del este, lluvia como peste. Aca decimos así.

Sale.

DON JUSTO: (Se aleja juntando los libros que tiró Pitusa) Dumas, El Conde de Montecristo… (Otro) Cría rentable del ave de corral… (Otro) Tomo cuatro de las completas de Ingenieros.. (Levanta la cabeza. A Bautista) Kazniecky… con k de kilo… (Levanta un último ejemplar) La Historia de la Comuna de París, de Ramón de Cala… (Sale)

BAUTISTA: (Al Marciano) No me mire así. Que voy a hacer… Cuando no se puede no se… Toda la vida preocupándome por los demás. ¿De que me va a acusar? ¿Dejé a alguien en la calle alguna vez yo? ¿Entonces que me mira así? ¡Por mí preocúpese un poco, que míreme el estado! Preocúpese un poco por mí y arranque de una vez. (Le pone agua limpia al radiador) No hay razón científica ahora para que no arranque, ¿eh? Una causa noble además: un pagadios. No me va a aflojar ahora que viene la tormenta. ¿Qué hago yo a pie? No soy hombre de a pie yo. Tenemos que seguir trabajando: antes de ponerme de nuevo el disfraz de felpa me vuelo la cabeza. ¿No vio usted como terminé con el quiosco? No sirvo yo para otra cosa. Que va a saber de quiosco Mister Argentina. Que sabía yo que en verano no hay que comprar chocolate… Se ablandan todo. Se achatan. (Sus rollos) Esto es todo chocolatín. Un capital en chocolatín acá. Cuando la conocí a la Nena quise adelgazar pero no hubo caso. (Acusa el recuerdo) Venía siempre al mediodía la Nena. Una cajita chicle frambuesa, dos genioles. Diecinueve años. Una vuelta le regalé una hebillita, que se yo… Trabajaba a la vuelta. Un taller de ropa para chicos. Usted no la veía porque a casa no la llevé nunca. Me daba no se que. La edad. Un mediodía la invité a pasar. Se rió finito. Se reía finito la Nena. Bajamos la persiana… Un horno. Sobre chiquito el quiosco le daba todo el sol a la cortina de chapa. Sudábamos los dos. Puré de barro los chocolatines. Diecinueve años. Todo duro. Parecía de mentira. O yo no me acordaba o nunca había tocado. Me parece que ni a los diecinueve tuve una de diecinueve. Un varón de m i edad. Solo en la vida. Le puse la mano entre las piernas y sentí que tocaba el cielo. Y me quedé pegado Me tenía perdido. Todos los mediodias menos domingo. Bajábamos la persiana. Siempre le daba algo. Una ayudita para el presupuesto. Cositas de tocador. Alfajores para los sobrinos. Y después usted me mira como si yo no ayudara a la gente… (Tiempo) No vendía nada. Abría para verla nomás. El quiosco se hundía. Los chocolatines se fundían. Yo despegaba el papel encastrado y para no tirarlos me lo comía. Y sudaba. Quería decirle de irnos a vivir juntos pero me daba no se qué. La edad. El día que me decidí la fui a buscar a la salida del taller. Un ramito de clavel jaspeado. La vi cruzar el asfalto por el lado de la avenida. (Tiempo) Después se metió por la cortina en el autoservicio que cerraba. (Tiempo) El coreano también le bajaba la persiana… Me quedé ahí. Un buzón. Volví al quiosco y le puse la cadena y el candado. Me parece que lloré. ¿Lloré? Que grandote, lloré. Por debajo de la cortina salía un charco de chocolate. No volví más. Cuando se acabó la plata entré a trabajar en el trencito… (Cae a la arena desolado
Regresa Romano. Insiste nuevamente con las lecciones de catch)

BAUTISTA: No puedo querido ahora, no… (Romano insiste alegremente) Ahora no, te digo… Quiero salir antes que apriete más el sol. (Romano empecinado) No se como hacerte entender, viste… No puedo… (Romano otra vez) Si te digo que no… (Romano lo enfrenta) Basta… (Bautista descontrolado la da un empellón violento que lo arroja al suelo. Romano acusa el golpe y el desprecio. Trata de contener un llanto inminente) Pará… Vos también… ¿Pero qué tengo yo? ¿Tengo un imán para los… para los…? ¿Qué querés que haga? ¿Tengo poco problema yo? ¿Quién te crees que soy yo? (Romano le clava la mirada) ¿El salvador? ¿Dios soy? ¿El Maquinista Pi, soy? Soy Bautista, campeón argentino de match del año sesenta y dos… De match, que es como decir campeón de varieté… ¿Qué Dios…?  Bautista soy, que la chiquita se le fue con el coreano… Bautista, que seis domingos atrás estaba de Pantera Rosa en un trencito y decidió volver a la lucha para no morirse de vergüenza y de tristeza… ese soy… Que si hoy no lo hago arrancar a éste, el domingo que viene me estoy ahogando de nuevo en el traje de felpa rosada en parque Centenario ¡Ese soy! (Romano lo mira en silencio) Un estúpido sin un peso que se pasó toda la mañana hablándole a un Bedford ´60 y a un opa mudo (Se arrepiente pero ya lo dijo. Largo silencio)

ROMANO: (Calmo y digno. Con voz apenas gangosa pero clara y vivaz) Ningún opa, yo. 


Bautista queda congelado en la sorpresa.

ROMANO: Opa usted que compra chocolate en verano.

BAUTISTA: ¿Pero… entonces… vos…?

ROMANO: ¿No me escucha?

BAUTISTA: ¿Y… no sos…?

ROMANO: No

BAUTISTA: ¿Y que sos?

ROMANO: Laosiano. Y leporino.

BAUTISTA: ¿Laosiano?

ROMANO: ¡Laosiano y leporino!, ¿Es sordo usted, o yo hablo en idioma?

BAUTISTA: ¿Y para que…?

ROMANO: (Se encoje de hombros) De obediente…

BAUTISTA: ¿Obediente de quien?

ROMANO: De todos.

BAUTISTA: ¿Y aquí saben?

ROMANO: Nadie. No soy de acá. Me escapé el anteaño del orfanato.

BAUTISTA: ¿Sos solo?

ROMANO: Me crié ahí. Hijo de laosianos que trajeron una vez, decían. No se adaptaron. Se volvieron todos. Que se comían los perros, decían.

BAUTISTA: ¿Y todo este tiempo… mudito…?

ROMANO: (Asiente) Desde chiquito.

BAUTISTA: ¿Y que se te dio?

ROMANO: A los demás se le dio, ¿Qué a mi? ¿No sabe usted cómo es la gente? Ven algo distinto y se asustan.

BAUTISTA: ¿Pero… callado, callado, sin que nadie…?

ROMANO: ¿No vio que no le habla a los rengos la gente? Ven un albino miran para otro lado… Para arriba, así… Cara de perro que se lo están cogiendo. Les da miedo uno, vergüenza, contagio uno, que se yo. No dan bolilla. Al principio uno se defiende. Después se va cansando. Uno se va metiendo para adentro. De obediente. Se empieza a portar como un tarado de verdad. Más cómodo. Termina siendo lo que se creen los demás. Como a uno lo miran: así se hace uno. ¿Usted tan grandote al pedo todavía no se dio cuenta?

BAUTISTA: No

ROMANO: Sería hora

BAUTISTA: ¿Y por qué a mí si?

ROMANO: Por que es el que me va a ayudar.

BAUTISTA: ¿Yo?

ROMANO: Me va a enseñar las tomas…

BAUTISTA: No… Yo… ¿Para que querés?

ROMANO: Usted que le importa…

BAUTISTA: Encima de prepo.

ROMANO: Soy distinto, ¿no? Me tengo que saber defender. Al distinto le tiran todos.

BAUTISTA: Vos te crees que es una pavada, que se hace así, paf, y salís luchando…

ROMANO: Ataque nada mas. Defendiéndome soy bueno. Dieciséis años que me defiendo… Atacando es donde no me doy maña… Ojo que yo no tendré mucha cabeza pero cuando me pongo, me salen las cosas…

BAUTISTA: ¿Y yo qué tengo que ver…? ¿Por qué me iba a poner con alguien que no conozco…?

ROMANO: Porque usted también es distinto como yo.

BAUTISTA: (Tocado) ¿Yo?

ROMANO: Se ve

BAUTISTA: ¿Yo distinto?

ROMANO: Mas bien. Si no fuese distinto no andaría por los pueblos con una bandera argentina luchando contra la Momia. Si los distintos no nos ayudamos entre nosotros…

BAUTISTA: Ningún distinto. Un gil más soy yo

ROMANO: Si no me ayuda usted que es como yo…

BAUTISTA: Por favor…

ROMANO: Yo me arreglo en cualquier lado. Duermo en el suelo. Usted me lleva, lo ayudo en lo que sea…

BAUTISTA: ¡Pero que decis!

ROMANO: ¿No me dijo que me porté gauchito? Usted me enseña las tomas, yo lo ayudo en lo que me pida… Le lavo El Marciano…

BAUTISTA: Nene… Vos no estás retardado. Estás loco.

ROMANO: ¿Me va a dejar acá? Usted que es el único que me puede ayudar… ¿A que me maten como a la bataraza mía me va a dejar?

BAUTISTA: Qué decís…

ROMANO: ¿No la escuchó a la Pitusa?

BAUTISTA: ¿Qué tiene que ver la gallina?

ROMANO: La mató con la indiferencia.

BAUTISTA: ¿…?

ROMANO: De diferente. Con aerosol. ¿Nunca vio?

BAUTISTA: Qué se yo.

ROMANO: Rojo sangre el aerosol. Le sobró de pintar la heladera. Le dio dos manos de esmalte a la bataraza, y la soltó de nuevo en el gallinero. Roja sangre. Las otras la ven diferente y le hacen el vacío. Ella busca acercarse pero lo rechazan. Ella no entiende que pasa y vuelve. Otra vez, y otra vez… Entonces le sacan los ojos a picotazos. La pobre se muere tratando de que la acepten.

BAUTISTA: (Tocado) ¡Dejame de historias, pelotudo! ¡Bastante tengo yo con las historias mías! ¡Fush! ¡Fush! ¡Acá no vamos a ninguna parte! ¡Fush!

ROMANO: ¡Usted no me puede fallar! ¡Usted es distinto también!

BAUTISTA: ¡Y así me fue! ¡Como el culo nos fue acá a los distintos! ¡Fush! ¡Que, distinto! ¡Igual a la gente hacete! ¡Fush! ¡Hacete policía! ¡Operate! ¡Empleado del municipio, hacete!

ROMANO: Yo acá, si no me lleva, me muero…

BAUTISTA: (Lo aleja a pedradas) ¡Fush! ¡Fush! (Romano se refugia tras el colectivo. Bautista corre hacia la cabina y trepa con desesperación. El cielo se enciende con un relámpago. Truena) Va a arrancar. Usted va a arrancar sin decir ni mu… (Da contacto, y luego arranque, que se mueve apenas en los últimos estertores) Dignidad… No le pido ni velocidad ni furia. Dignidad nomás… (Vuelve a intentarlo inútilmente) Dignidad… (Y otra vez) Vamos… Vamos… Marcianito…


MAURICIO KARTUN nació el 17/11/1946. Dramaturgo, director y maestro de dramaturgia, escribió más de 30 obras originales y adaptaciones, entre las que se destacan: Desde la lonaSacco y VanzettiRápido nocturno, aire de foxtrot y Chau Misterix. Además, dirigió La MadonnitaEl niño argentino y Ala de criados, de autoría propia. Creador de la Carrera de Dramaturgia de la Escuela de Arte Dramático de la Ciudad de Buenos Aires y docente de la Licenciatura en Teatro de la UNICEN. Dictó innumerables talleres y seminarios tanto en su país como en España, Brasil, México, Cuba, Colombia, Chile, Venezuela, Uruguay, Bolivia y Puerto Rico. Se desempeñó, en varias oportunidades, como curador del Festival Internacional de Buenos Aires. Jurado en decenas de concursos de dramaturgia. Recibió diversos premios, entre ellos: Nacional de Literatura Dramática, Municipal de Teatro, Clarín, Trinidad Guevara, ACE y Argentores.





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